Crónicas viajeras y relatos

El Rincón Literario de este espacio, crónicas de viajes, relatos y noticias. 

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El Pago de las Conchas y el correr del tiempo


Ahí en el monte, entre los sonidos los millares de insectos y la música de pájaros cantando, se estremecen los rugidos que vienen  de algún río. No es el Yaguarete que frecuentaba los pagos  en los viejos tiempos, son las lanchas colectivas que trasladan cientos de turistas.
Pues cuando, entre el reinado del sauzal, aquel al que le adjudican algún mal, fije el rumbo hacia el Puerto de Tigre, en donde hay intenso ruido y un río totalmente podrido
Sin temor a equivocarme, puedo asegurarle, que a este puerto llegan miles de visitantes. Usted dirá,  no es la primera vez que ha pasado, corrían los tiempos de conquista, cuando muchas de estas islas ni siquiera existían, Carapachos y Chanaes, originarios en estas latitudes, de hábitos estables, construían sus viviendas de madera y paja en los albardones más importantes. Españoles colonizadores desplazando a los originales pobladores.
En las Conchas, pequeño poblado con  fondeadero de desembarco, estaba el río homónimo, que desembocaba en el Río de la Plata, al resguardo de los vientos y las aguas turbulentas.
Correrían los años, y nuevas islas se irán formando, contorneadas por la fuerza de las corrientes y vientos huracanados. Nuevos ríos se abrirían, un insignificante arroyito llamado el Tigre, se convertiría en un verdadero río donde  viviría el puerto ofreciendo mercancías.
Fue primeramente aquí cerca de donde hoy me encuentro, que se practicaría el comercio de los productos que los primeros pobladores criollos producían.  Ganadería y agricultura, cueros, lanas, mantecas y grasa, papas, verduras y forrajes, almacenes de ramos generales y artesanías, como también los miles de productos que ofrecían los isleños que al puerto llegarían, en centenares de canoas acarreando toneladas de frutas y conservas provenientes de la riqueza de la naturaleza de nuestro delta.
Más años seguirían pasando, nuevas sudestadas irían transformando el pago, estas islas seguirían produciendo dulces, licores y conservas, sumando las afamadas manzanas y cítricos. Aserraderos y carpinterías la identidad del pago asociada al trabajo en las islas.
Sería por el 1900 y la llegada del tren eléctrico, Tigre y sus islas cambiarían su aspecto. Se iniciaría la actividad turística y al pueblo llegaría la oligarquía, construyendo suntuosos palacios, la identidad del pago volvería a sufrir cambios.
Con la inclemencia del tiempo a esos inmigrantes que vinieron alentados por un viejo presidente vecino nuestro, se irán yendo. El delta dejaría su esencia campesina, para que explote esta nueva actividad, la turística.
Islas próximas a la metrópolis en constante crecimiento, encontrarían en este puerto, el punto de partida para recorrer los miles de arroyos y ríos, dejándose  de ver el verde monte por casas habitadas solos los fines de semana.
Pero al hablar de historia existe la bibliografía y lo que se vive en el puerto de tigre es el presente.
 Estimado vecino, visitantes de todas partes vienen absolutamente desinformados, son turistas de países europeos y latinoamericanos, no escasean los asiáticos y australianos, todos ellos con los compatriotas argentinos arriban al puerto queriendo conocer nuestro delta que está pidiendo auxilio.

Si le digo estimado vecino, que somos responsables por bregar la identidad que el pago necesita que se instale.
Este tipo turismo depreda nuestro delta, desconociendo las cualidades que posee estos humedales. Ellos que son claves para el desarrollo de la vida humana, nuestro centros de isla con sus pajonales  mitigan las inundaciones, reteniendo, transformando los sedimentos, nutrientes y contaminantes.
Si por lo menos el turista se enterara que nuestros suelos depuran las aguas que desde los trópicos bajan. Suelos que eliminan las concentraciones de nutrientes como nitrógeno y fósforos provenientes de la actividad agrícola insipiente. Si supiera el turista que practica hábitos que depredan la salud del delta, pues resulta necesaria la toma de conciencia como muchos de nuestros pares pues hay que proteger de nuestro ecosistema, que de no cuidarlo puede provocar brutales consecuencias.
Turistas, de diferentes ámbitos, de diferentes hábitos desconocen de la magnificencia que ofrece este tipo de naturaleza. Refugio de Gran Biodiversidad.
Productos del mercado de consumo y de servicios generando desechos por los ríos circulando.
Educación ambiental es una herramienta como la generación de conciencia para no matar la vida de este único delta.
Que más decir estimado vecino, si por estos ríos circula el agua que luego consumimos. Veremos estas correr hacia la cuenca del plata. Vecinos de las ciudades toman estas agua que empresas toman del río de la plata.
Griferías de la ciudad donde salen aguas adulteradas, mientras tanto por los ríos de nuestro delta, la contaminación que llega de la cuenca del río reconquista y matanza.
Llegado al fin de mis reflexiones me despido, esperando que mis palabras se hayan entendido y que no se alojen en el cementerio del olvido.
 



  Testimoniales en el “Espiritu do Mato”

Capitulo 1: No a las Mega Represas

Era una tarde de  diciembre, la sudestada sacudía las casuarinas de la costa, las lluvias  y la corriente del río me arrastraron a casa. Estaba Jorge, y quien escribe, Sebastián, charlando entre unos mates cimarrones y reviro (plato tradicional económico de las latitudes misioneras, a base de harina, aceite y sal).
Con el correr de la tarde y frente a un viejo planisferio, surgió “la travesía”. Navegar el Río Uruguay de norte a sur, uniendo las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos y el Delta del Paraná. Los motivos eran muchos, personalmente cortar con la monotonía de mi rutina, transformar mi realidad para romper con esas cadenas que me ataban al pasado. Mirando desde afuera del globo, conocer la región mesopotámica, su geografía, su cultura, como también sus problemáticas socio ambientales.
El viaje programado para el otoño del 2012, motivo la necesidad de organización, el kayak, mapas y  ese sin fin de  elementos necesarios para tal ocasión.
Reunión con los experimentados  de la guardería  del arroyo fulminante, con  ello llego la gran ayuda, embarcación, croquis del río y fundamentalmente la transmisión de  sus extraordinarias experiencias en el agua.
Para ese entonces era el mes de Abril y con todo el equipo armado,  el bote subió en una encomienda hacia Misiones. Nada sencillo fue el despacho, y después de tortuosos trámites por fin se logro embarcarlo. Al día siguiente y en medio de una tormenta sin precedentes, subí al ómnibus dando el inicio de “la travesía”, que me llevo junto a mi compañero de viaje,  al norte misionero, para luego volver remando al pago.
Las coordenadas me ubicaron en el Dorado, en esa localidad al lado del Río Paraná logro ser trasladado el bote en Retiro despachado.
Jueves santo, un pueblo post tormenta totalmente desolado. Junto al compañero, me  enfrenté al primer gran reto, trasladar el bote hacia el pueblo de San Pedro, por allí corre el Pepirí mini,  un río que baja entre las montañas sorteando saltos, cascadas, exuberantes selva y centenarias araucuarias. Ese había sido el  río elegido para iniciar la travesía.
San Pedro, Capital Nacional de la Araucaria, calles de tierra colorada y algunas otras empedradas, casas humeantes con olor a pan casero, un acento portuñol que burla las líneas limítrofes con que algunos señores dividen países. Gente sencilla y calida que  alegraron mis días entre esos fabulosos saltos y cascadas.
Con Jorge y su familia misionera,  por caminos de ripio, buscamos el mejor sitio para bajar el bote, y dar inicio al tan ansiado viaje.
Entre la selva y barrancas, se pudro comprobar la dificultad a la que se podría afrontar, cascadas de 7 metros de altura, y extensiones con el río seco. Postales dignas de mi paraíso, pero un delirio navegar con el kayak que se contaba, partirse en dos pedazos podría llegar a ser su destino.
Tercer encomienda, acarreo al bote desde San Pedro, con destino a  El Soberbio, ya estuvo bautizado, su flamante nombre “espiritú do mato”.
El Río Uruguay, de extenso recorrido, nace a partir de la confluencia de los Ríos Pelotas y Das Canoas, sobre un cordón serrano al sur del territorio brasilero. Remé su cauce rocoso, el curso de sus aguas es accidentado y  debí cruzar en su camino la presencia de rápidos y grandes saltos.
Los saltos del Moconá,  a pocos kilómetros al norte de Porto do Mario, punto de partida de la travesía, son una serie de saltos provocados por una falla en el lecho basaltito del río, que genera desniveles de 5 a 12 mts. De alto sobre una extensión de casi 4 km de largo y  que junto con afluentes de aguas que bajan por las sierras misioneras ofrecen a los espectadores espectaculares saltos hacia ambos lados del río. Sin lugar a duda los saltos mas abruptos del río pero no los únicos.
Las correderas como llaman los misioneros a los rápidos que hay en los ríos, son algunos de los obstáculos que encontré en la navegación. Corrientes de aguas atraviesan canales naturales formados por el río entre  saltos de diferente altura.
Luego de experimentar situaciones limites, que pusieron en riesgo mi vida, y la del compañero,  desembarqué en Alba Pose sano y salvo, con el “Espiritu do Mato” en perfecto estado.
Alba Pose, pequeño poblado misionero, que  se comunica con Puerto Maua( Brasil) mediante una balsa transbordadora de vehículos y camiones. Así también posee sobre sus costas un club social de los veteranos el pueblo donde se armo campamento.
La visita al pueblo me sorprendió con un gran mensaje en letras blancas sobre el paseo costero, el mismo mencionaba: ALBA POSE DICE NO A LAS MEGAREPRESAS. Fue en ese lugar donde me enteré del gran evento del domingo.
Domingo por la mañana, el pueblo despierta, vecinos se acercan al club, algunos con fines recreativos y otros a trabajar. La sequía afecto el suministro de agua, y por ello las familias se acercaron a la orilla del río a lavar sus prendas. Mate y chipa de por medio los vecinos  cuentan que el pueblo festeja el  “NO A CORPUS”. Una ley provincial que surge luego de una consulta popular,   prohíbe la construcción de represas sobre el río Paraná. Pero esteva sobre el Río Uruguay, y los gobiernos nacionales de Argentina y Brasil tienen las intenciones de construir dos mega represas sobre este río (GARABI y PANAMBI) sin los debidos estudios de impacto ambiental, ni las consultas directas a quienes afecta el proyecto, a consecuencia  se está amenazando con  inundar pueblos y tierras fértiles, desplazar comunidades originarias, destruir la flora y la fauna autóctona, matando la vida del río y de quienes  habitan con él.
El Festejo del “NO A CORPUS”, constó de una regata, entrega de premios y una presentación de la mesa provincial de no a las mega represas; donde se convocó a todo el pueblo y a una gran cantidad de visitantes de  localidades de toda la provincia.
La mesa provincial representada por académicos, intelectuales, funcionarios y vecinos alertó sobre los riesgos de la instalación de las mismas. Además de inundar poblaciones de las provincias de misiones y corrientes, destrozar el cauce natural del río, también comunicaron sobre los riesgos de contaminación que podrá afectar a toda la cuenca del Río Uruguay como también la cuenca del plata.
La esquitosmiosis, la enfermedad de las represas, es causada por parásitos que están en contacto con el agua, y la propagación de la misma se encuentra asociada con la alteración de los regimenes del río. El riesgo en nuestro país es alto en la cuenca del plata, que ocupa el 32 % del territorio y que la compartimos con países vecinos como brasil y paraguay donde ya esta instalada la enfermedad, ya que  viajaría por las cuencas del Uruguay  llegando por ende a la cuenca del plata.
Al mismo tiempo pude conocer más de la brutalidad de la ambición humana,  planes mas ambiciosos como el IIRSA (Iniciativa para la integración de la infraestructura Sudamericana), que propone una serie de mega proyectos que tendrán amplios impactos en los ecosistemas, la hidrografía y los medios de subsistencia de la región, ya que esta iniciativa tiene como fin desarrollar los sectores de  transporte, energía y telecomunicaciones a través de intervenciones en montañas, bosques y humedales que sufrirían una explotación intensiva para luego ser exportados. Los antecedentes de este tipo de inversión a gran escala solo conducen a la concentración de recursos y favorecen la corrupción.
Es lunes por la mañana, un cielo diáfano nos volvió a embarcar en el espíritu do mato, próximo destino Panambi, hacia el sur navegaré sin saber que descubriré el mundo guarani en mis manos.
  

Bibliografía interesante para informarse:
  • Ríos Libres No a las Mega Represas Nro1, Nro2, Nro3, Represas, Sustentabilidad y Modelos de Desarrollo. Raul Aramendi
  • El retorno de los gigantes, La Política de la infraestructura a gran escala: impactos ecológicos y exclusión social.
  • A-gua. Red de Organizaciones sociales y ambientales del área guaraní
  • M’bigua Ciudadanía y Justicia ambiental. www.mbigua.org.ar
  • www.aremar.com.ar


 



Capitulo 2:  Paraucaria y los atardeceres de color naranja.


Cruzando la frontera del Río Miriñay, el Río Uruguay parece no entender los limites trazados por los estados; quienes si lo entendieron fueron aquellos pescadores artesanales y  paisanos de sus costas que brindaron la bienvenida a la provincia de corrientes con unos estridentes zapucays que hasta los pájaros que posaban en las ramas de los árboles se enteraron de llegada del “espiritu do mato”. Otro nativo que se entero de nuestra presencia fue el lobito de río, que curioso nado frente al bote sin alertar que llegando a Garruchos una corredera mas  esperaba. Aquí nuevamente una falla en el lecho basaltito del río me enfrento con las correderas de Garruchos. El río con una amplitud  de mas de 250mts se fractura en una forma de herradura sobre las costas brasileras, un espectáculo ya vivido en la travesía en donde los pescadores con sus Kaicos (botes de madera  dura hechos artesanalmente) se acercan a la boca de estas cascadas donde en su centro miles de peces quedan atrapados en pozos de profundidades incalculables. Los canales naturales formados sobre la costa Argentina fueron los lugares elegidos para continuar con la navegación.
Sorprendido por el espectáculo que  regalo la naturaleza  llegué esa noche a suelo correntino.
Garabi, pueblo amenazado por desaparecer por la brutalidad de una represa que inundaría al pueblo y toda su vida.
El Uruguay en las latitudes  correntinas presento otras particularidades, el agua perdió la transparencia que estuve habituado  a ver en Misiones, por lo que dejé de beber sus aguas.
Maquinas instaladas sobre las costas brasileras extraen aguas del río para regar campos de arroz, que luego, cuando llegue la temporada de la cosecha, drenan los campos extrayendo las aguas que devuelven al río contaminada con agroquímicos.
El panorama sobre las costas argentinas  es similar, con la diferencia que el estado correntino obliga a los empresarios a realizar estudios de impacto ambiental y audiencias públicas para la concesión del agua, ya que la misma es propiedad de los correntinos.
El río fue ensanchándose, islas con vegetaciones exuberantes se formaron en su recorrido, y la arena cobro más protagonismos sobre sus costas. Navegar por estas extensiones nos llevaron a viajar por el tiempo.
Corría el siglo XVII, la Compañía de Jesús, orden religiosa inspirada en el catolicismo militante, fundada por el militar Juan Ignacio Loyola, entro a América con el objetivo de evangelizar a los guaraníes y formar un estado independiente que se llamaría PARAUCARIA. La historia dice que lograron instalar 30 reducciones albergando a más de 100000 guaraníes, teniendo un peso político y económico importante para la época. Sobre las costas del río Uruguay,  se fundaron las reducciones de San Javier (Misiones), Santo Tome, La Cruz, Yapeyu (Corrientes) y San Borja(Brasil) donde se protegieron a los guaraníes  de las intenciones esclavistas de los encomenderos y los bandeirantes.
Estos pueblos fueron sumamentes importantes para cuidar las obras indígenas, su economía se basaba en la producción agrícola y ganadera, y el trabajo se dividía ABAMBAE (trabajo para beneficio de cada familia) y el TUPAMBAE ( Trabajos para beneficio de la comunidad), la producción se comercializaba en forma centralizada con otras reducciones como también fuera del estado de las misiones.
La instalación de la imprenta permitió la publicación de libros religiosos y manuales escolares en lengua guaraní.   
Hacia fines de la década del 1700, estos pueblos fueron  atacados por los bandeirantes que remontaron el río Uruguay desde la cuenca del plata destruyendo todo a su paso, y sentenciando a estos pueblos al abandono y la depredación.
Testimonios de esta cultura pudimos comprobar cuando durante la travesía desembarcamos en una costa arenosa al sur de la localidad de Monte Caseros; Predispuesto con mi compañero estaba  para disfrutar de un almuerzo reparador después de una mañana intensa de navegación, cuando descubrimos desenterrados por la acción del río, unos de los tesoros de  la travesía,  piezas arqueológicas,   restos de vasijas de barro, con diferentes técnicas de elaboración y decoración. Extraordinario hallazgo  donde una infinidad de pájaros de diferentes colores y tamaños, curiosos ellos musicalizaron nuestra estadía.
El límite fronterizo que traza el Uruguay en su largo recorrido, esta custodiado en el norte misionero por Gendarmería Nacional, ya que  carece de navegabilidad.
Desde San Javier (Misiones)  hasta el Río Mocoretá, lindando con la provincia de Entre Ríos, se encuentra la Prefectura Naval Zona Alto Río Uruguay.  Con destacamentos  ubicados en zonas estratégicas, oficiales y suboficiales cumplen  funciones en esta zona caliente. La detención del tráfico ilegal de drogas y de mercancías, como la protección de  las aguas es su trabajo.
A partir de la notificación de la travesía en el Río, y luego de firmar actas de compromisos; esta fuerza acompaño el viaje  ofreciendo  información y ayuda en los puntos difíciles de navegación del río. También la libertad de poderse alojarn en algunos de sus destacamentos.
Con ellos intercambie las  experiencias vividas junto a mi compañero y pude descubrir  mediante la gastronomía, la abundante riqueza  del río. Carpincho al horno, dorado a la pizza, milanesa de surubí,   algunos platos que nombro para envidia del lector.
Corrió la noticia desde algún destacamento del norte correntino, abandonado la frontera portuguesa, sobre las costas orientales, una singular estatua se constituía en lo alto de una barranca, el rumor correntino prontamente se disipaba.
Un gigante se erigía, el monumento al Caudillo Artigas, fiel protector de los pueblos libres. Un  experto conocedor de este río, amigo de los campesinos, supo recorrer el Uruguay en sus años mozos realizando actividades comerciales, y como joven militar haciendo soberanía.
Fue frente al caudillo que recordé el otro gran hallazgo por mi compañero George encontrado, semienterrado entre arena y barro, una herradura oxidada que a la posteridad desafiaba.
La herradura proveniente del campo, y estando  frente al caudillo, revivo las jineteadas de la herradura que George protege. Un gran caballo y arriba  un jinete,  por la soberanía de sus tierras han enfrentado a los portugueses.
Costas del Uruguay recorridas por hombres a lo largo de la historia, criollos, campesinos  e indios trabajando las tierras que supo otorgar el caudillo. Provincias unidas mediante la liga federativa abrieron batallas contra esos portugueses que desde el Río Grande avanzaban con ansias de conquistar el río de la plata.
Frente a la desembocadura del uruguayo Río Negro, entre arenas humedecidas la herredura perdió su paradero. Imagine su inutilidad para el  viaje,  seguro prefirió desembarcar allí a la espera de un nuevo jinete que si pueda utilizarla. 


 

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